El sueño de ser torero
Sobresaliente día de sesión doble de clase práctica de la Escuela Taurina con una altísima asistencia de público en la que quince alumnos dieron cuenta de su aprendizaje y capacidad de lidia, valor y eficacia .
Excelente ambiente en la plaza para ver una clase práctica de la Escuela de Tauromaquia.
Día el de ayer para el recuerdo por muchos motivos. El principal el que, a la llamada de la Escuela Taurina de Almería por mostrar en público el progreso y formas de sus alumnos, la plaza registró una entrada de impacto. Tendidos llenos más allá de las previsiones de los más optimistas. Además hay que destacar que la organización ha sido perfecta no faltando ningún detalle de los que necesita un espectáculo que hay que cuidar. La presentación del ganado, cada uno en sus hechuras según edad propia para los distintos niveles de los alumnos, fue excelente.
Sería injusto si, en este proceso de toreros que están en ciernes, se hiciera análisis exhaustivo de las posibilidades de cada uno de ellos. Por encima de cualquier valoración hay que felicitarlos a todos porque si torear es difícil, hacerlo en público se hace casi imposible por la responsabilidad que a ces hace traición en los nervios. Ninguno perdió la compostura sin huir del personal estilo de cada uno.
En la mañana Sergio Roldán, "El Benavides" , Daniel Morata, Juan Alcalde Muñoz, José Bono, Cristóbal Gálvez, Alejandro Pérez y Juan Carrillo mostraron todo lo que es admisible en el toreo. No faltó la verticalidad, seriedad y toreo con fondo de Roldán. Ni los avances de "El Benavides" que arrastraba legión de seguidores con serigrafía en camiseta inmaculada haciéndose notar en el tendido con sus clamores. Daniel Morata hizo bandera de su valor en el temple. Los aplausos a la simpatía y sonrisa que trasmite se los llevó Juan Alcalde Muñoz pese a sus carencias que ya los hay que se apuntan a seguir su trayectoria. José Bono fue el de los grandes avances y para hacer apuesta fuerte con una ejecución de oro pues los muletazos fueron más allá de lo que se aprende en una escuela . Cristóbal Gálvez, Alejandro Pérez y Juan Carrillo, a pesar de tener menor destreza, ya saben lo que es enfrentarse al público. Y todo frente a ganado de distinta condición y fortaleza.
Si cada uno sueña con lo que desea, pese a que a veces las ilusiones son sombras de felicidad, ayer la plaza se llenó de esperanza e ilusión. El tendido se llenó de sonrisas de alegría con un ambiente de día grande donde el compañerismo y el respeto por la profesión, a buen seguro, han creado más afición.
Y la tarde, a las cinco en punto, fue la de las luces. Clement Moras de Nîmes (aplausos), Ángel Piedra (aplausos), Carlos Ojeda (oreja), José Cabrera (oreja con petición de la segunda) cerraron la primera parte del festejo casi mayor. Con las volteretas propias de la novillería, los brindis a los cercanos, los defectos corregibles, los sufrimientos con las espadas y los aciertos que fueron muchos, hubo lugar para la diversión y el disfrute. Destacar a José Cabrera por su perfecta compostura y capacidad tanto en capote, banderillas y muleta metiéndose al público en el esportón.
La segunda parte fue la del sobresalto. El susto nos lo dio Silvia Carmona pues al inicio de faena de muleta recibió una fuerte cogida que puso a la plaza en un ¡ay!. Traslado a la enfermería y lágrimas de dolor e impotencia por la oportunidad perdida. Así es el toreo. Ánimo y a seguir en la lucha. Mató su enemigo Rubén Martínez (oreja y petición) repitiendo presencia en el que cerraba plaza (aplausos) gracias a su fácil y avanzado resolver a falta de una pizca de alegría delante de los pitones. La tarde, y la puerta grande, fue para César Valencia (dos orejas y fuerte petición del rabo) de Moralzarzal que fue el único que conquistó la puerta grande. Estuvo superior en todo consiguiendo reventar de alegría y olés los tendidos gracias a tener recursos para todos. Fenomenal.
foto:elideal
cronica:elalmeria.com
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